El extraordinario éxito de Titanic marcó un antes y un después en la historia del cine. Sobre todo, para sus protagonistas y creadores, que saltaron a la fama absoluta. Sin embargo, esta tendencia no se mantendría completamente en Billy Zane.
El actor que interpretó a Cal Hockley, el tan detestado villano de la película inspirada en el transatlántico más famoso del mundo, no llegó a materializar el despegue en el cine y terminó buscando un nuevo destino.

Si bien el oriundo de Chicago logró papeles en otras películas de relevancia y hasta llegó a la pantalla chica con diversos proyectos en los que produjo personalmente, nunca alcanzó la relevancia que tuvieron el resto de las estrellas.
Tal es así que jamás se pudo despegar del papel de Cal Hockley. En las últimas entrevistas, las preguntas todavía recaían sobre la histórica película, sobre la que llegó a confesar: “Cuando las mujeres eran jóvenes decían: ‘¿Cómo podés hacerle eso a Jack?’ y ahora de grandes, me dicen: ‘¿En qué estaba pensando Rose? Fui malinterpretado. Yo no era el iceberg, no ahogué a 2000 personas”.
De Titanic al arte, el nuevo oficio de Zane
Billy Zane tuvo que darle un giro a su vida y lo hizo de la mano de lo que más amaba: el arte. Precisamente, el hombre que saltó a la fama en Titanic se abocó a la pintura y llegó a ganarse los elogios de los críticos del rubro.
El éxito fue tan grande que sus exposiciones lo llevaron a presentarse en Los Ángeles, Londres y Milán, entre otros. “Sus pinturas expresionistas abstractas son yuxtaposiciones audaces de aplicación cinética y una combinación de colores elegantemente equilibrada derivada de influencias contradictorias”, aseguraron. Sin dudas, el estadounidense tuvo la capacidad de salir a flote.